Ciencia y Vida

jueves, febrero 08, 2007

VENENO EN LA DIETA


Recientemente se ha descubierto que la serpiente asiática Rhabdophis tigrinus, es capaz de producir su propio veneno gracias a la incorporación en su dieta de un sapo del género bufo que almacena diferentes toxinas venenosas.

La sustancia que utiliza la serpiente es un bufadienólido que el sapo produce y almacena en sus glándulas parótidas a ambos lados del cuello. Esta sustancia es almacenada por la serpiente en glándulas venenosas detrás de su cabeza, haciéndose visible un claro bulto que expone ante el ataque de algún depredador.

Las serpientes que viven en islas vecinas sin sapos venenosos no pueden producir el veneno y desaparecen antes. Tragar sapos además de aportar energía y nutrientes confiere una clara ventaja evolutiva a algunos.