Este año se cumple el
200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin autor de uno de los libros más importantes del conocimiento humano: “El origen de las especies”. En este libro, publicado en 1859, Darwin, tras muchos años de análisis expuso la teoría de la
selección natural que rige la evolución. Publicaciones y exhibiciones en los más importantes museos de ciencia del mundo conmemorarán este acontecimiento.
Todo empezó en 1831 a bordo del
Beagle, un buque de exploración de la Real Marina Británica en el que
Darwin, con 22 años, inició como naturalista un periplo durante cinco años a lo largo de las costas e islas del continente suramericano. Particularmente afortunada fue la escala del Beagle en las Islas Galápagos. A Darwin le llamó la atención, entre otras cosas, la enorme variedad de pájaros pinzones que poblaban las islas y comprobó que descendían de un tipo principal de
pinzón. Todas estas especies se habrían ido diferenciando durante el largo aislamiento, como resultado de la variacíon en la obtención del alimento y la aparición de individuos mejor adaptados en la población. Por primera vez este libro reconcilió la vida del pasado, plasmada en los fósiles que estudiaban insignes paleontólogos como
William Smith y del presente, explicándo la
teoría evolutiva y la diversidad de la vida de una forma racional. La foto de inicio representa de hecho el primer
esquema evolutivo dibujado por Darwin en 1837. Los avances de la genética a lo largo del siglo XX y la demostración de la universalidad del
código genético que opera igual en un elefante que en una bacteria, terminaron de apoyar la idea de Darwin, resumida en la hipótesis de que la vida está asociada a un ancestro común, una
célula primitiva que pudo surgir en la tierra hace miles de millones de años y que inció una evolución a la que aún estamos sujetos. La teoría de Darwin pasó desde su publicación por distintas vicisitudes, tanto de sus propios colegas científicos, como de algunos sectores de la
Iglesia Anglicana que hacían una lectura literal de la Biblia. Darwin, a pesar de la controversia religiosa que despertó fue enterrado en la
abadía de Westminster. Probablemente, como indican algunos historiadores, se trató con su funeral de trasladar a la sociedad la idea de que la ciencia no sólo no representaba ningún peligro para los valores morales que defiende la religión, sino que era además una realidad cada vez más importante en el mundo moderno. En este doscientos aniversario podemos, además de visitar la tumba de Darwin o el
Museo de Historia Natural de Londres, considerar lo que su teoría ha supuesto. Los seres humanos somos los únicos que podemos valorar la diversidad de la vida y la fragilidad de los ecosistemas y somos los únicos que tenemos la responsabilidad de preservarla.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home