Ciencia y Vida

lunes, mayo 09, 2011

LA BELLEZA DE LOS MINERALES

Aún recuerdo, como si fuera ayer, la sensación de espolvorear el talco sobre “el culete” de mis pequeñas criaturas. El talco es un mineral formado por silicato magnésico hidratado que posee muchas aplicaciones. Sin duda, la más conocida es su utilización como absorbente en forma de polvo perfumado por lo que es ampliamente utilizado en cosmética. Recientemente, un anuncio en algún suplemento dominical me llamó la atención, relataba las bondades de los maquillajes, prácticamente invisibles que utilizan minerales, ¿minerales?, el talco de toda la vida, fue lo primero que pensé tratando de desvelar el secreto del anuncio, estaba equivocado. Conforme fui leyendo la letra pequeña iba adentrándome de nuevo en el fascinante mundo de los minerales que tantos recuerdos me trae de la infancia. De pequeño, como a muchos niños, me apasionaban los minerales y los fósiles. Los guardaba en una caja grande de cigarros puros que quedaba dividida con cajetillas de cerillas en multitud de compartimentos que trataba de rellenar día tras día. El principal mineral utilizado en esta nueva gama de maquillajes no es el talco sino la mica, un silicato parecido al talco, pero mucho más brillante. Recuerdo las hojas transparentes de la mica de mi colección de minerales igual que recuerdo el olor del talco espolvoreado que les comentaba al principio. Los minerales de mica tienen un aspecto característico en láminas, debido a su cristalización, esto hace que la mayoría de las rocas que contienen mica, como es el caso del granito, brillen con gran intensidad. Este mismo brillo iluminará y resaltará los rostros a través de este nuevo maquillaje mineral. La mica ha sido utilizada desde hace mucho tiempo en la industria eléctrica por sus propiedades aislantes, en planchas o en condensadores, ahora su novedosa aplicación en cosméticos resulta original. Bueno, quizá no sea tan novedosa, ni tan original. Probablemente en la prehistoria nuestros antepasados ya recurrieron a los mismos silicatos, las mismas tierras coloreadas de arcillas, para hacer las pinturas con las que decoraban sus cuevas y quién sabe si también para iluminar sus rostros. Así que después de todo, para resaltar la belleza, para maquillarnos, volvemos al principio, a la piedra, a la roca, a los minerales.