Ciencia y Vida

martes, noviembre 22, 2011

LA "POLYPILL"




La patología cardiovascular (PCV) afecta a gran parte de la población, tanto en países industrializados como los que están en vías de desarrollo. Hoy en día existe una gran variedad de medicamentos con los que hacer frente e incluso prevenir esta patología. Por norma general, los médicos tratan de combinar varios fármacos para cubrir todos los frentes posibles, tensión arterial, colesterol, agregación plaquetaria etc. Los pacientes con estos tratamientos son generalmente personas mayores y en muchos casos “polimedicadas”, por lo que el riesgo de olvidar una pastilla o de generar cierta confusión a la hora de tomarlas es un hecho. Otro problema a considerar en estos tratamientos es su coste.

Estas circunstancias llevaron a un grupo de cardiólogos el año 2003 a lanzar un concepto interesante: la “polypill” o “poli-píldora”, capsula en definitiva conteniendo varios fármacos eficaces en la prevención cardiovascular. Concretamente se incluyeron a distintas dosis seis fármacos: un beta bloqueante, un diurético, aspirina, un inhibidor de la angiotensina, ácido fólico y una estatina. Esta cápsula debía ser tomada una vez al día y según los estudios preliminares consiguió disminuir en un 80% la incidencia de PCV en pacientes con riesgo de padecerla, por infarto previo, por obesidad o por otra circunstancia.

Se han realizado posteriormente diversos ensayos clínicos en este sentido, combinando distintos fármacos, a distintas dosis y en distintas poblaciones de pacientes. Los primeros estudios parecen alentadores. Por ejemplo la tensión arterial se reduce del mismo modo en pacientes de riesgo que consumen una “polypill” que en los que se medican con varios fármacos con distintos medicamentos. Pero es demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo. Habría que esperar por lo menos unos diez años para comprobar que estos resultados no se ven eclipsados al descubrirse gradualmente problemas secundarios debido a su consumo. Diferentes ensayos clínicos están en marcha en nuestro país, tanto en hospitales, como en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares: CNIC.

Esta “super-píldora” no está exenta de cierta polémica. Es lógico pensar que si un único fármaco tiene efectos adversos, una píldora que combina varios, aunque estén en baja cantidad, no está libre de ellos, incluso pueden ser distintos o estar potenciados. El objetivo que se ha planteado recientemente es que toda persona mayor de 55 años, con al menos un factor de riesgo de PCV, como obesidad, hipertensión o alto colesterol, podría beneficiarse de la "polypill". Pero ¿y si el candidato a recibir el tratamiento no presenta ningún factor de riesgo?. Los médicos de los países desarrollados se inclinan por aplicar una medicación personalizada y que se adapte a las diferentes situaciones de los pacientes ya que se cuenta con técnicas para detectar los casos de alto riesgo. Pero en países pobres, en los que apremia la necesidad de medicamentos, donde hay alta incidencia y poca prevención puede ser una alternativa interesante y racional. Una pastilla barata que pudiera ser suministrada a personas mayores de 55 años podría tener una incidencia sobre la esperanza de vida con aparentemente pocos efectos secundarios.

¿Es realmente necesario medicarse para prevenir la PCV?. ¿Donde quedan los buenos propósitos de seguir una vida sana?. ¿No sería más saludable seguir fomentando buenos hábitos alimenticios, una dieta variada y baja en grasas, complementada con un poco de ejercicio diario y menos stress?. Sin duda, pero todo ayuda, la cuestión finalmente que uno se plantea es: ¿Viviré más tiempo si tomo la “polypill”?.

La respuesta estará pronto en su farmacia.

Autores: Nathalie Zink Lorre y Juan Antonio Reig